Correr es un deporte de alto impacto, por lo que se genera un alto estrés sobre algunos músculos y articulaciones. Cuando corremos, efectuamos tres fases distintas, la de impacto, apoyo y propulsión y es el pie el encargado de realizarlas correctamente para evitar lesiones.
El tipo de pisada que tenemos es determinante para conocer si necesitamos un apoyo extra en forma de plantillas ortopédicas o zapatillas con corrección de la pisada para disminuir el impacto y que la descarga sea más eficiente.
Es importante conocer nuestro tipo de pisada cuando practicamos algún deporte, en especial al correr, ya que así podremos prevenir futuras lesiones.
TIPOS DE PISADA MÁS COMUNES
PISADA NEUTRA: es la más idónea. El eje del desplazamiento se produce de forma lineal y no hay ningún hundimiento del tobillo. El arco del pie es normal y sólo se produce una ligera pronación fisiológica normal.
La parte exterior del talón es la que contacta en primer término con el suelo. Durante la pisada, el pie gira hacia adentro ligeramente para conseguir un apoyo total con el terreno y soportar el peso del cuerpo. Este tipo de corredores no necesitan ninguna ayuda extra.
PIE PRONADOR: Se denomina pronación al movimiento natural del arco del pie cuando se se va hacia adentro al efectuar la zancada característica al momento de correr.
El tobillo y el arco del pie giran hacia el interior en un grado mayor del normal. Se produce una alteración biomecánica en la pisada.
La mayoría de los corredores tienen el pie ligeramente plano, lo que les provoca una pronación moderada y un mayor riesgo de lesiones.
A mayor pronación, algo común en pie plano severo, se pueden producir lesiones mucho más serias en el pie, la rodilla e incluso en las caderas o en los tejidos blandos de los mismos (músculos, tendones, ligamentos etc)
Se producirá un desgaste de la parte exterior del talón y el interior de la parte delantera de la zapatilla.
El pie y el tobillo sufren porque el grado del giro es mayor de lo deseable y el impacto no se puede absorber debidamente y también las rodillas, por una alteración en la alineación en relación al pie y la pelvis.
PIE SUPINADOR: Es el tipo de pisada menos frecuente ya que sólo un 10 a 15% de los corredores son supinadores. En este caso, la pisada se da mayormente en la parte externa del pie y esto puede afectar a las rodillas. Suelen correr con las piernas separadas y apoyando la zona externa del pie.
Es la pisada contraria a la pronación, la parte externa de la parte delantera del pie es la que más sufre y más desgaste provoca en las zapatillas. Los supinadores tienen el pie cavo, es decir, un arco longitudinal muy aumentado.
Las lesiones más comunes en un corredor supinador son la fascitis plantar , los esguinces a repetición, las fracturas por estrés y la tendinitis Aquílea .